Esperanza de la Naturaleza

La gran ostra

El puerto de Nueva York fue un refugio de increíble biodiversidad submarina, hasta que siglos de contaminación lo convirtieron en un pozo negro. Hoy, una alianza de personas dedicadas a la arquitectura, restauración y ciencia, así como estudiantes de secundaria está trabajando para restaurar el puerto y proteger la ciudad del cambio climático. Al centro de este esfuerzo se encuentra una pequeña criatura con un enorme talento para la limpieza: la extraordinaria ostra.


La fiebre del castor

El sorprendente regreso de los castores al campo británico trae beneficios y controversia tanto para los seres humanos como para la fauna silvestre. El trabajo de estos roedores conocidos por su dinamismo aumenta la biodiversidad local, reduce las inundaciones provocadas por las tormentas y restaura la naturaleza en un paisaje excesivamente cuidado. También provoca cierto caos en la vida de los vecinos humanos de los castores. ¿Podrán los castores británicos recuperar su antigua gloria como poderosos ingenieros del ecosistema, o su nuevo hogar está demasiado domesticado para volver a su estado natural?


La guerra del pájaro carpintero

Una de las historias de conservación más inspiradoras en la historia de Estados Unidos se está desarrollando, de todos los lugares, en un campo de entrenamiento con fuego real en la base del Ejército de Ft. Bragg en Carolina del Norte. Allí, una alianza poco probable está dando a una ave especial, el pájaro carpintero de cresta roja, una nueva oportunidad de vida. Después de que un enfrentamiento entre el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos y el Ejército de Estados Unidos revelara que los incendios forestales de bajo grado, causados por la artillería y las municiones trazadoras crean un excelente hábitat para el pájaro carpintero de cresta roja de manera inadvertida, ambas partes unieron fuerzas para monitorear y proteger a estas aves en la base. Los propietarios de tierras cercanas se están uniendo al esfuerzo, dejando de lado las sospechas y usando el fuego para salvar al pájaro carpintero de cresta roja y encender la pasión por la vida silvestre.


¿Tiene derechos la naturaleza?

Ecuador es uno de los lugares más biodiversos del planeta, un país del tamaño de Nevada que alberga más del doble de especies de plantas y animales que Estados Unidos y Canadá juntos. Sin embargo, sus espacios naturales, ricos en oro, madera y suelo fértil apto para la agricultura a gran escala, también se encuentran entre los más amenazados del mundo. En 2008, cuando Ecuador se convirtió en el primer país del mundo en consagrar en su constitución un concepto revolucionario llamado los “derechos de la naturaleza”, con esto, los conservacionistas obtuvieron quizás su herramienta más poderosa para proteger los espacios naturales. Hoy, esa herramienta se está poniendo a prueba mientras los defensores trabajan contra reloj para preservar los hábitats y las especies emblemáticas que sustentan.


Belleza sin presas

Diez años después de la eliminación de una presa en el río Elwha de Washington, la comunidad científica está documentando la exitosa historia de su restauración ecológica. La recuperación de las poblaciones de salmón está transfiriendo nutrientes críticos desde el océano hasta los bosques, a lo largo de las orillas del Elwha, enriqueciendo todo el ecosistema. El resurgimiento del Elwha está alentando a los conservacionistas a luchar por la  eliminación de presas más grandes en la región y en el resto del mundo.


Café por agua

La diversidad del bosque de una montaña sagrada está en peligro. En los últimos cincuenta años, la agricultura de roza, tumba y quema ha despojado al monte Gorongosa de Mozambique de casi la mitad de sus árboles, lo que amenaza la cuenca hidrográfica que sustenta la vida silvestre del Parque Nacional de Gorongosa y a las personas que viven a su alrededor. Pero un apasionado equipo de investigación, expertos en desarrollo y agricultores locales está trabajando juntos para salvar esta belleza natural intentando algo nuevo: alentar a las personas a cultivar una planta muy vendida, el café de sombra, que de hecho depende de la restauración del bosque para prosperar. Para que el programa tenga éxito, el parque está proporcionando árboles jóvenes de manera gratuita, brindando capacitación y apoyo, sembrando las semillas para un futuro más sostenible y próspero tanto para los seres humanos como para la vida silvestre.


Salamandra de los dioses

El ajolote es considerado una “paradoja de la conservación”, ya que es una criatura ubicua en tiendas de mascotas, laboratorios científicos y la cultura popular, mientras que en la naturaleza se encuentra al borde de la extinción. 

Este es un anfibio que posee increíbles capacidades regenerativas. Actualmente, vive en un solo lugar fuera del cautiverio: las aguas del lago de Xochimilco, en la Ciudad de México. Ahora, un equipo de investigación usa información de su pasado para asegurar su futuro. Trabajando con agricultores locales, están reconstruyendo un sistema de chinampas, o jardines flotantes artificiales, desarrollados por los aztecas, para restaurar el hábitat del ajolote. A pocas horas en automóvil hacia el oeste, hay otro equipo que trabaja para salvar una especie de salamandra estrechamente relacionada. Colaboran con monjas dominicas que han criado a estos organismos en cautiverio durante más de un siglo. Estas alianzas poco convencionales demuestran que la conservación de especies puede tener que ver tanto con la cultura y el patrimonio natural, como con la ciencia.


Conservacionistas caninos

Los perros a menudo son considerados el mejor amigo del ser humano, pero en Australia, están haciendo equipo con personas para salvar a otras especies de graves amenazas a la fauna única del continente insular. 

En Brisbane, los perros están olfateando excremento de koala (y a los animales que lo expulsan) en hábitats fragmentados por incendios forestales y la urbanización. Identificar el paradero de estos marsupiales permite a los investigadores mapear los fragmentos de bosque que deben restaurarse y reconectarse para protegerlos. Más al norte, en la costa Woongara de Queensland, los caninos están rastreando y cazando zorros invasores que han devastado los sitios de anidación de tortugas marinas. En todo el país, estos conservacionistas caninos están siendo empleados para hacer de todo, desde proteger a los pequeños pingüinos de los depredadores, hasta detectar ornitorrincos raros y ayudar en los esfuerzos de reproducción del demonio de Tasmania.